En este Registro de Razas que hemos hallado en Montserrat, como resultado de las investigaciones realizadas sobre el terreno exponemos lo siguiente: que esta antigua Montaña de alguna manera fue elegida en eras fabulosamente remotas, dentro de los Centros de poder de la Tierra, para ser depositaria, entre otros tesoros de conocimiento sin aflorar todavía, de un Registro de Razas planetarias en sus paredes monolíticas, de razas que habrían visitado la Tierra o que se habrían desarrollado/vivido en este planeta, desde lejanas moradas en las estrellas aportando la huella de su paso, u otras aportando un conocimiento y una tutoría más cercana hacia una humanidad en el inicio de su desarrollo como hermanos mayores. Como también hubieran podido aportar el caldo de cultivo y germen de vida inteligente para una incipiente vida en el Tierra en eras difíciles de evaluar, bajo la batuta, esperamos, de una supra inteligencia que rige las secuencias matemáticas del cosmos, los ciclos de los astros, las leyes de toda evolución planetaria.
El hombre no surgió por generación espontánea, fue ayudado y visitado. No es tanta locura el pensar que también se dejara un Registro en piedra con el propósito de informar en tiempos futuros. Cualquier monumento antiguo hecho en piedra, ya es en sí mismo un registro del pasado