Si no conocemos nuestro pasado no podemos afrontar el futuro.Los sabios Constructores del Templo abierto de Montserrat tenían un pensamiento ordenado cosmológica y filosóficamente, por el cual el símbolo era su modo de transcripción. Eran Atlantes de la cuarta humanidad que nos precedió, ayudados por Seres no terrestres, que sometían su poderosa técnica a la finalidad didáctica de mostrar esta filosofía: la de tallar, en ciertas montañas sagradas de la Tierra, una suerte de grandes Templos, Santuarios, donde mostrar verdades cósmicas aún desconocidas por nosotros, verdades arcanas atemporales, verdades iniciáticas en relación al Hombre de todas las edades, exponiendo el misterio de humanidades pasadas que habitaron este planeta.Este planeta ha sido visitado siempre por Seres del espacio con cierta unión con la Tierra y su evolución, en especial cada cambio de ciclo, como en el que estamos ahora. Cada cambio de los llamados: Año Platónico o Sótico de 25.500 años aprox de duración. En esas efemérides y para conmemorar su estancia dejaban el testimonio de su visita con estas obras colosales. Obras ciclópeas para que se pudieran observar desde el cielo, sin importarles ni volúmenes, ni espacios.La Piedra es un vehículo de transmisión que supera las edades. La Piedra es origen, principio y fundación.Estos Grandes Seres, llamados Instructores por muchas tradiciones, tallaron en la potente roca Templos cuyo techo era la bóveda celeste, el cosmos entero los cubría y cuyo suelo era la fértil Madre Naturaleza, junto a la Piedra, su aliada.Templos por todo el planeta enclavados en las Montañas Sagradas, para el que pueda ver y sentir en la actualidad, que en la historia de la Tierra hay otra capacidad mágica de respuesta, y que de su pasado nada sabemos. Ahora, tan solo estamos levantando el velo de lo que hubo y contuvo.En el libro el: Templo abierto de Montserrat, Montaña Sagrada que cumple con lo anteriormente expuesto, mostramos gráficamente parte de esta filosofía, con las figuras talladas en los inmensos monolitos, como el gigante tricéfalo Gerión, Rey-Patriarca de los españoles, el Airión hispano de tres cuerpos, que no hace sino aludir a Orión con sus tres estrellas. Orión es Gerión en su clave astrológica. En la figura del Hombre de Acuario, en portada, no se hace sino aludir al Pensador pitagórico, al Hombre desarrollado de todas las edades, al Arquetipo. Las Esfinges nos hablan de la evolución misma del Hombre sobre la Tierra. El colosal Felino Guardián, desde su sitial no hace sino corroborar que estamos en un Templo, y con su aguda mirada astral observa el Templo, todo el Santuario que tiene a sus espaldas, del cual es vigilante impertérrito. Tanto vigila el espacio aéreo, como el terrestre al lado de la mejor entrada a los misterios internos del Santuario, a las salas hipóstilas de la diosa madre, nuestra Isis.Montserrat es verdaderamente el más señalado Templo del continente europeo.
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